Conocer las problemáticas que enfrentan los colectivos de personas con los que trabajamos activamente conlleva darles un papel protagonista. De esta forma pueden trasladar sus demandas y convertirse en parte fundamental de cualquier tipo de intervención. De esta forma dejamos atrás los métodos arcaicos de intervención social y comprendemos de manera holística las necesidades del colectivo.

Comprendida esta premisa, nos acercamos a Gilary Barrios, una mujer que se ha desarrollado como mujer gamer en Tenerife y ha enfrentado las problemáticas específicas de la insularidad a la hora de disfrutar de su hobby.

¿Quién es Gilary Barrios?

Gilary es una chica de 21 años que vive en Tenerife, en el barrio de San Luis Gonzaga, en Taco y que está estudiando ahora mismo tercero de Trabajo social en la ULL. Nací en Venezuela, pero me vine desde muy pequeña a Tenerife porque mi abuelo era de las islas. Actualmente, aparte de estar estudiando, estoy en una asociación juvenil cultural que se llama Kaua, que también se situa dentro del barrio de San Luis Gonzaga. Me gusta mucho el mundo de lo social, ayudar a la gente, el feminismo…

¿Cómo te relacionas con el sector de los videojuegos?

Empecé con el tema de los videojuegos hace 13 años, más o menos, porque mi madre se quedó embarazada de mi hermano pequeño y yo tenía la Nintendo DS por mi hermana, aunque casi ni jugaba. Pero un día vi el anuncio de un juego enfocado en cuidar bebés y, como mi madre estaba embarazada, me dije «vale, pues si me compran este juego sabré cómo cuidar a un bebé y cómo cuidar a mi hermano». Después de ese juego vino el Pokémon Ranger. Todo el mundo jugó en su infancia al Pokémon Rojo, al Amarillo… pero yo jugué al Ranger. Creo que es un juego menos conocido, pero su historia era muy emotiva y a mí me gustaba muchísimo.

Luego, mientras crecía, comencé a guardarme el que me gustaban los videojuegos porque, claro, eso era algo… Es decir, había dos tipos de videojuegos, los de chicas y los de chicos, y si tú decías que jugabas al Cooking Mama era como si disfrutaras de un juego de segunda. En público solo valían el GTA o el FIFA. Entonces comienzas a callarte.

A eso hay que sumarle que en mi grupo de amigas nadie jugaba a los videojuegos y no fue hasta que conocí a mi actual pareja que volví a entrar al mundo de los videojuegos. Mi hermano también tuvo un papel importante. Ese niño por el que quise comprarme un juego para ayudarle a crecer, comenzó a disfrutar de videojuegos como Fortnite y Minecraft y, al acercarme a él, me acabé enganchando.

¿Tienen los videojuegos algún papel en tu futuro como trabajadora social?

La verdad es que sí, porque aunque se entienda como un tabú –ya que hay personas que entienden los videojuegos como algo malo, que los demonizan muchísimo y no ven que actualmente hay videojuegos que se pueden utilizar como una herramienta más– los puedes utilizar a tu favor. Existen juegos que ayudan a tratar temas como la violencia de género, el bullying, la LGBTIfobia… por lo que, en lugar de verlos como enemigos, tienes que entenderlos como aliados. Cero que se pueden hacer muchos planes de intervención a nivel comunitario, a nivel infantil y juvenil, súper buenos.

¿Cuáles son los videojuegos que más has disfrutado o que tienen una mayor importancia en tu vida?

Que mi hermano jugase a Minecraft me generó curiosidad por el juego. Él quería que yo jugara, se ponía a ver vídeos en YouTube y a mí me intrigaba qué era ese juego de cubos. Un día me dejó asombrada porque replicó el trabajo de mi madre y nuestro barrio. Me obligó a replantearme si era un juego simplemente de cubos. Generó un cambio de perspectiva que me hizo empezar a jugar con él, a interesarme en saber qué era lo que estaba jugando, cuál era la historia y la verdad es que me encanta. A día de hoy puedo afirmar que Minecraft es mi juego favorito, en el sentido de que puedo jugar a otros videojuegos –como el LOL o Valorant–, pero es el juego al que siempre vuelvo. Ahora tengo mi propio mundo y me pongo en modo relajación.

Llevo muchos años jugando y aún no me lo he pasado. Bueno, me lo pasé con mi hermano en modo creativo, que ese un poco trampa [risas]. Ahora me he propuesto acabármelo muy poco a poco: me pongo una serie, me pongo a picar… Así que sí, creo que Minecraft es uno de los juegos que más me ha marcado, probablemente porque lo comparto con mi hermano. Él me habla por Whatsapp y me dice, «Mira, Lila –así es como me llama–, lo que encontré, he comerciado con un aldeano y mira…». No sé, son cosas que me gustan porque siento que ha creado un vínculo entre él y yo.

¿Qué dirías tú que identifica a una mujer gamer? ¿Es distinta a un hombre gamer?

Es complicado dar una definición de «mujer gamer». Yo creo que es una mujer a la que le gustan los videojuegos, pero no necesariamente tienes por qué jugarlos. Porque al final pensamos que es una persona con un setup gamer o con un montón de videojuegos, pero yo no lo veo necesario. Puede incluso que tu economía ni te lo permita. Por lo que solo hace falta disfrutarlos.

También hay muchas personas para las que los videojuegos son la PlayStation o el ordenador, pero al final también estamos jugando en el móvil. Buscamos encontrar una definición muy concreta y para mí es una persona a la que le gustan los videojuegos en cualquier ámbito.

En cuanto a qué la diferencia de un hombre gamer, me parece que no hay ninguna distinción, aunque la sociedad las haya creado durante años. Ahora se intenta que existan menos estereotipos, pero es verdad que siempre ha habido juegos para niñas y juegos para niños.

Nosotras intentamos adaptarnos a un estándar de chica gamer, forzándonos a jugar a shooters porque entendemos la moda y puede darnos apuro decir que jugamos al Animal Crossing antes que al Valorant.

Por otro lado, creo que las empresas han utilizado el marketing para generarnos necesidades y encajar en el concepto de gamer: una silla, unos cascos, un teclado… y, aunque nos martiricemos nada de eso es fundamental.

Como mujer, ¿has sufrido algún tipo de discriminación o violencia por jugar a videojuegos?

Sí. Ojalá poder decirte que no, pero no solamente dentro de los videojuegos. Yo juego a videojuegos y a veces también necesito decirlo en voz alta. Hay gente que no me toma en serio, me cuestiona o me intentan invisibilizar… y si no juegas lo suficientemente bien, entonces no eres una jugadora. No puedes jugar para pasártelo bien, sino que te exigen ser la mejor.

Dentro de los videojuegos, si te escuchan la voz, ya tienen una excusa para insultarte. Los juegos como Valorant son horribles en ese sentido. Te sueltan comentarios como que saben que eres una chica por lo mal que juegas. O te piden tu Instagram, intentando comprarte con cumplidos.

Me parece tremendamente absurdo, la verdad.

Mujer gamer
Mujer gamer
¿Consideras que la comunidad gamer es especialmente machista y sexista o es simplemente el reflejo de la sociedad? Muchas veces se estigmatiza a la comunidad gamer y se dice que en ella están los peores ejemplos de masculinidad tóxica. ¿Cómo lo ves?

Yo creo que se trata de un reflejo de la sociedad. En el sentido de que, como en todo, hay gente que no es tóxica y otras que utilizan tu género para volcar todo su machismo, todo su sexismo. Por lo que sí, para mí es un reflejo de la sociedad.

¿Ha tenido alguna importancia vivir en Tenerife en tu experiencia como mujer gamer?

Actualmente, tengo suerte de tener amigos a mi alrededor que jueguen, tanto amigos como amigas, que a su vez me han ayudado a buscar una comunidad en otras opciones como Discord, pero es verdad que me ha costado encontrar personas. Por ejemplo, en mi carrera prácticamente nadie juega.

A una amiga que juega al LOL conmigo la descubrí porque un día estaba en clase y de repente escuché que se había comprado el Cyberpunk y dije «¡Dios mío! Una mujer que juega a videojuegos! ¡Increíble!».

No sé cómo serán las cosas en la península, pero también se hace complicado encontrar referentes que sean mujer. Que tenemos la suerte de cada vez tener más referentes femeninos, pero ya que sean de la isla… Puede parecer una tontería, pero me siento más identificada cuando una chica juega a lo mismo que juego yo, compartiendo los mismos problemas que yo vivo.

Que la TLP dejara de celebrarse dejó un vacío muy grande para todas. ¿Tienes esperanzas en el Canarias Game Show?

A mí con la TLP me pasa una cosa curiosa. Me pasé la adolescencia queriendo ir, pero lo dejaba pasar porque nadie de mi alrededor iba. Fui en 2017 por primera vez con mi actual pareja y en 2019, como no pude ir, me dije «bueno, lo dejo para el próximo año». Y claro, nunca hubo próximo año. Me da pena, porque me dejó un gran vacío, algo que creo que siente la comunidad y los comercios que se dedican a esto.

Tengo mucha fe en el CGS, porque además siento que va a dar mucha visibilidad a las islas. La única pena es que dure tan poco, pero lo intentaremos disfrutar todo lo posible.

¿Alguna vez te planteaste dedicarte profesionalmente a los videojuegos? ¿Qué te frenó?

Sí. Recuerdo bromear con mis amigos durante el confinamiento sobre abrirme un canal de Twitch, porque siempre soñé con ser YouTuber. Twitch lo veía menos invasivo, jugando a tu rollo y por eso lo probé algunos meses con el Warzone. Tenía cuatro espectadores, entre los que estaban mi pareja y dos amigas [risas]. La verdad es que lo pasaba bien, pero al final lo dejé por falta de constancia. Además me daba vergüenza no cumplir con los estereotipos. No tener una cámara buena, no tener el mejor audio… por lo que no paraba de cuestionarme. Al final es una espinita que tengo clavada en el interior… pero al final nunca se sabe. A lo mejor me hago un canal solo de Minecraft [risas].

Si pudieras lanzar un mensaje para todas esas niñas y jóvenes que comienzan a jugar o a interesarse por los videojuegos, ¿qué les dirías?

Principalmente que no es una chica rara por jugar a algo que le gusta. Que no les tiene que importar lo que opine la gente, ni la de su alrededor, ni lo que aparezcan en los medios de comunicación, que siempre influyen en lo que pensamos.

Si en algún momento hay alguien que te incomoda, o que te hace sentir mal, no pasa nada por silenciarlo. Que nadie te robe las ganas de jugar a lo que te gusta.

Por último, que no tienes que ser buena para disfrutar a los videojuegos, que hay miles de formas de disfrutar del sector… y que siga a Hecate Comms [risas].

Pase lo que pase, báñate del mundo de los videojuegos, de diferentes perspectivas, sin intentar cumplir con ningún estándar. Si te apetece jugar al Cooking Mama, juega al Cooking Mama.