A lo largo del mes de enero, y gracias a que se encuentra incluido en el servicio de PlayStation Plus, pude disfrutar de la primera entrega de lo que ha terminado por convertirse en una saga multiplataforma: Little Nightmares.

Little Nightmares es una obra bastante acotada –apenas supera las 4 horas de duración– desarrollada por Tarsier Studios, un estudio independiente fundado en 2004 en la ciudad sueca de Malmö, en la que acompañamos a Six, una niña de 9 años que se despierta hambrienta en las profundidades del gran barco Las Fauces. A través de escenarios en 2.5D, iremos ascendiendo, resolviendo acertijos y escapando de una tripulación que hará todo lo posible por atraparnos, cocinarnos y servirnos como cena de gala.

En este juego los enemigos no son monstruos, seres llegados de otro mundo o la creación de una mente perversa, sino que escapamos de adultos que nos quieren consumir y, por ello, no logro evadirme de la idea de que se trata de una crítica al sistema eurocentrista que sigue perpetuándose a través de la opresión constante a mujeres e infancia de países que se encuentran en vías de desarrollo. Un colonialismo que sigue estando presente en nuestras economías y que se alimenta, así como en el videojuego, de las vidas de aquellas personas con menos recursos.

Esto, aunque no lo parezca, se relaciona directamente con la propuesta decolonial que hacen activistas como Larisa Pérez Flores, Magda Piñeyro, Nilsa Perdomo, Alex Ortega, Jéssica Pérez o Daniasa Curbelo, cuando plantean la necesidad de seguir estudiando los efectos que han tenido los procesos coloniales en territorios como el de Canarias.

Todo proceso colonial implica no solo la ocupación de la tierra, a través de la violencia y el asesinato, sino también la violación de los cuerpos de las mujeres y de las niñas, que se convierten de esta forma en trofeos de guerra.

Aunque pasen las generaciones, como ha sucedido en nuestras islas, ese trauma se trasmite de madres a hijas a través del lenguaje oral y la cultura. No ocupar espacio, no hacer ruido, posicionarse en la alteridad… se convierten en parte de los roles de género para las mujeres de los espacios ocupados.

Las propuestas interseccionales de esta cuarta ola del feminismo en la que nos encontramos inmersas, ya no solamente se centra en problemáticas como la prostitución o la violencia de género –problemáticas que siguen igual de presentes y que no pueden dejarse de lado–, sino que abre la mirada respecto a las opresiones como punto de encuentro de todas las trabas que afectan a las mujeres –y a otros colectivos– de manera especial. Así, encontramos la rueda de las opresiones de Patricia Hills Collins, que ejemplifica lo expuesto de manera gráfica.

Little Nightmares puede parecer, de primeras, una propuesta alocada y alejada de la realidad, pero una vez comenzamos a ahondar en las capas que la componen, llegamos a imaginarnos la profundidad de su oscuridad.

No puedo esperar para probar su segunda entrega.

Referencias:
  • PÉREZ FLORES, Larisa; PIÑEYRO, Magdalena; PERDOMO, Nilsa; ORTEGA, Alex; PÉREZ, Jéssica; CURBELO, Daniasa (2021) Feminismos en Canarias. 
  • Feminismo decolonial canario. (2019, 16 octubre). [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=Ez2Yfu4wugo