Beyond Hope: Entrevista a Sarah Torres

Quedamos con Sarah Torres en La Laguna para realizar una entrevista sobre Beyond Hope, el juego de rol que ha creado junto a su hermano, y sobre la importancia de los referentes, la situación de la mujer en el sector y si ha experimentado, o no, algún tipo de dificultad como mujer trans.

¿Quién es Sarah Torres? ¿Cómo te definirías a ti misma?

Pues, a ver, yo soy principalmente cineasta. Es mi trabajo y los estudios que tengo. Me dedico a la publicidad y a los cortometrajes y eso es básicamente lo que hago. Tiendo mucho a hacer los propios rodajes porque soy directora, guionista, productora, montadora, iluminadora. Lo hago todo, aunque tengo un equipo con el que intentamos hacernos un pequeño huequecito y que nos vayan conociendo. Una de las últimas cosas que hicimos fue un spot de Canarias para el Día de la Visibilidad Trans en el que estuve como actriz, pero también fui la asesora de dirección de guion.

Tanto delante como detrás de las cámaras.

Sí. Prefiero estar detrás, pero este era un caso particular.

Si tuvieras que definirte con tres palabras, ¿qué tres palabras utilizarías?

Siempre he sido bastante quisquillosa con todo lo que hago.

Perfeccionista, quizá…

No, una cosa es ser perfeccionista y otra es ser quisquillosa, cuando ya te metes hasta contigo misma. Soy una persona seria, a la que le encanta trabajar de forma muy creativa. Como guionista o con el rol, son cosas que necesitan mucha creatividad y eso es quizás lo que más me podría definir.

¿Cómo ha sido tu desarrollo profesional? ¿Siempre supiste que te querías dedicar a la dirección de cine?

Yo era escritora, pero el mundo de la literatura estaba muy mal, así que vi en el cine una posibilidad. Por eso me puse a estudiar guion. Luego me harté de que llegara un director y cogiera mi guion para destrozarlo, por lo que me dediqué a estudiar dirección de cine, para dirigir yo misma lo que escribía. Una cosa fue llevando a la otra, hasta el día de hoy. Quizá lo que más me gusta es la escritura y el montaje, que es donde más a gusto estoy.

Tenemos una sociedad que siempre va a estar viendo la parte masculina, una sociedad en la que hasta J.K. Rowling –aunque no me caiga muy bien por obvias razones– tuvo que escribir sus iniciales porque era más probable que los adolescentes leyeran algo que creyeran que era de un hombre.

¿Y cómo es que siendo directora un día decides hacer un juego de rol?

Mucho antes del cine ya jugaba al rol. Fue mi primo el que me enseñó los primeros juegos —El Señor de Los Anillos, Star Wars…— y poco a poco me enganchó a ese mundo, aunque tardé en jugar yo misma. Más o menos sobre los catorce años comencé por mi cuenta con un grupo de jugadores, donde me vi cómoda dirigiendo, en esa parte creativa de ir creando las historias. Yo misma creo mis mundos, los lugares en los que vamos a jugar, por lo que tiendo a crear mucho y siempre te topas con que falta una regla o libertad para hacerte el personaje o una parte de la historia. Así que empecé a crear mis subreglas que escribía en una libreta y con el pasar de los años nos preguntamos: “¿Y si juntamos todas estas reglas?”. En un principio para dejarlo bonito. En ese momento creamos el sistema Reload, basado en el sistema D20 de D&D que modificamos hasta tener el sistema al que pusimos como Reload. Intentamos presentárselo a editoriales, pero para ellas faltaba ambientación. Y dos años después fue cuando empezamos a crear Beyond Hope. 

¿Podrías explicarnos un poco mejor cómo funciona el Sistema Reload?

Las arquitecturas o sistemas de un juego de rol son la forma en la que los jugadores y el máster van a poder utilizar las reglas. Si tenemos en cuenta el D20 clásico, es un sistema que se basa en los dados de 20, que se basa en las subidas de nivel… lo que compone el sistema. Para Reload seguimos utilizando el D20, pero eliminamos el concepto de nivel. Ganas experiencia, pero los jugadores la pueden gastar en comprar puntuación, habilidades o subir características. Digamos que el jugador se va conformando como mejor quiere. Esto nos permitió crear las reglas que necesitábamos. Por ejemplo, una persona normal, si eres médico, tienes conocimientos de medicina, pero también tienes conocimientos de otras materias. Otros juegos como el D&D te penalizan con el multiclaseo. En otros juegos, si eliges una clase, aunque varíen las armas, puede que lleguen al nivel 15 siendo muy parecidos, mientras que nuestro sistema, al dar libertad al jugador para decidir, logra que los personajes sean muy diferentes entre sí.

¿Cuáles son esos juegos que a ti te han marcado y te han llevado a que tengamos este juego entre manos?

Juegos que me han marcado hay muchísimos. Puedo estar hablando de D&D, también de Cthulhu, Kult, aunque estos tiran más por el terror… Pero realmente, en cuanto al manual, a nuestro juego, los referentes precisamente no son de juegos de rol. Son más de películas. Por ejemplo, nuestro mundo es un mundo que tiene mega ciudades ciberpunk que están totalmente selladas desde el exterior, que es post apocalíptico. La mayoría de las ciudades nacen de referencias de Blade Runner o de Ghost in the Shell, que quizás es la que más ha marcado la estética de la parte ciberpunk del juego. El exterior, más que una película fue un videojuego: «Metro 2033». Quisimos crear un ambiente de “estoy en un lugar al aire libre, pero debo llevar una máscara porque el aire es irrespirable, temas de radiación o de tener que vivir en subsuelos o hacinados en pequeños asentamientos y que todo lo que hay fuera te quiere matar, y de hecho todo lo que está fuera con total probabilidad te va a matar”. Ese toque de Metro 2033 con un poco de Mad Max son los mayores referentes que tenemos con respecto al juego.

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Ahora que conocemos tus referentes entendemos un poco mejor por qué es un mundo ciberpunk, pero entre todas las posibilidades ¿por qué precisamente un mundo ciberpunk y no cualquier otra? Es decir, ¿por qué este concepto resonaba mejor contigo y con tu hermano?

Realmente todo comenzó por una partida, que llamamos “On the edge”, que yo estaba dirigiendo, mi hermano también jugaba y tenía al resto de jugadores. En esta partida la gente quería algo más futurista, así que empecé a crear un poco este mundo. No se basa en la misma ciudad que creamos en el manual, sino que es en la ciudad de Seattle y fueron casi dos años de partida constante, creando la historia y los jugadores moviéndose por toda esa ciudad. Un día mi hermano y yo nos dimos cuenta de que necesitábamos una ambientación y de repente dijimos: «¿y si lo hacemos en la partida?» Le gustaba tanto a los jugadores ese mundo ciberpunk con todo el movimiento en el downtown, esas ciudades, todo muy hacinado, ese neón, que dijimos “Vamos a ambientarlo”. La ambientación de Beyond Hope la empezamos a crear basada en esa partida.

¿Te ha afectado el hecho de ser una mujer trans dentro de tu desarrollo personal y profesional?

Pues no mucho, en realidad. De hecho mañana justamente hago un año de hormonación. Desde que supe que era trans han pasado casi dos años, pero no es algo que me haya afectado a nivel profesional, porque ya trabajaba en esto y sigo trabajando en esto. Tampoco es que haya muchos referentes trans dentro del mundo del cine, así que básicamente no es algo que te afecte. En el rol, por ejemplo, sí que puedo decirlo –no a mí en particular–. Lo hablamos en una entrevista en referencia a lo que es ser mujer dentro del rol. Más que nada porque mujeres en el rol hay muchísimas. De hecho, en mi partida tengo 2 jugadoras de las 4 personas que juegan y, a lo largo de un montón de años, siempre he tenido jugadoras. Sí que es verdad que están un poco invisibilizadas dentro del sector. Se sigue pensando… no tanto la gente dentro del rol, sino la gente que está fuera, que el rol es como ese grupo de asociales. Que todos son hombres, obviamente, y que se quedan en un sótano jugando D&D. La realidad es que no. La realidad es que hay de todo, todo tipo de personas y mujeres hay muchísimas. Sí que, por ejemplo, puede afectar más el hecho de ser mujer que el hecho de ser trans, tanto en el rol como en el cine. Hoy por hoy ser mujer es mucho más complicado. No van a valorarte de la misma manera. Siempre va a haber críticas. De hecho, esto lo llevo viendo desde hace años en Canarias en Corto, por ejemplo, que da una puntuación extra a los cortos que se presentan si en puestos relevantes hay mujeres. Y cada vez que sale un cortometraje que está hecho por mujeres siempre recibe críticas de “Ah, claro, le han dado la puntuación solo porque son mujeres”. Bueno, es que se les da esa puntuación precisamente porque de otra manera no las dejan entrar.

Precisamente por eso no hay tantos referentes femeninos en el cine, en el rol o incluso en política. ¿Poquito a poco va habiendo? Sí, pero es un proceso lento y no es por falta de talento o creatividad, simplemente es que por tener nombre de mujer te va a costar más.

Las personas que te rodean supongo que también fueron muy abiertas ¿no? Porque a veces te puede pasar que como eres mujer y juegas rol te pueden percibir de una manera distinta, como “la rarita”. Es que si pensamos en el imaginario colectivo de las personas con respecto a juegos de rol, iremos a distintas series y películas, como The Big Bang Theory, donde todos  los personajes son muy particulares y tienen unas personalidades muy peculiares. Es lo que te venden y relacionas el rol con Sheldon, Leonard… gente que está muy estereotipada.

Eso no es real, no es así. Dentro de mi grupo de juego, una es abogada, otra es actriz, el otro es técnico mecánico de barcos… En realidad tenemos gente de todo tipo y que no son ese estereotipo. Sí que es cierto que el cine o la televisión cada vez que muestran esto, lo hacen de la misma manera. Volvemos a lo mismo: no es real. El grupo nerd de jugadores de rol no lo he visto nunca. Jamás he tenido un grupo así. Todos siempre han sido gente normal y corriente sin personalidades histriónicas, en ese estereotipo. Todos somos frikis, pero… hoy por hoy, quien no sea friki es raro.

Respecto a los referentes de género disidentes, en la cultura en general y en los juegos en particular, apenas hay referentes en los que la gente se pueda ver reflejada. ¿Cómo crees que podemos crear referentes sanos que no lleven una carga estereotipal muy grande? Como, por ejemplo, la serie Pose.

Si hablamos de cine y televisión, tenemos tres problemas básicos:

1. Los guionistas, ya que muchas veces nos vamos a encontrar a gente que escribe de una manera que hoy en día no es la más ideal, puesto que la cultura cambia y nosotros tenemos que cambiar con ella y adaptarnos a lo que vamos haciendo. 

2. Los directores, que les ocurre básicamente lo mismo que a los guionistas

3. Quizá el mayor escollo: producción, que es desde donde salen muchas de las directrices.

Intentan contentar y piensan más en qué les hará vender más que si muestran cómo es realmente el personaje.

Exacto. Yo tengo un proyecto que se llama Bocados de Vida, que es una micro serie LGTBI, que está todavía en desarrollo. La idea es realizar una serie de capítulos de 5 minutos cada uno, contando una historia a lo largo de una temporada centrándonos en un personaje en cada una de ellas. La primera, tenemos la intención de centrarla en un personaje trans. Hablar de lo que no se habla con total naturalidad. Al final, en un corto hecho por una persona cis, se queda todo muy en la superficie. La inmensa mayoría de los cortometrajes trans se basan siempre en chico/a trans joven cuyos padres no les aceptan. ¿Es un problema? Sí ¿Es real? Sí. Pero no es nuestro único problema. Además, centrarnos en un único tipo de problemática no funciona.

Te limita. No es lo mismo hacer una transición a temprana edad, que a una edad más avanzada, con más responsabilidades, más cargas, más trayectoria, más vivencias…

Sí. En el caso del mundo audiovisual, ¿para qué hacemos un cortometraje? ¿O para qué hacemos una película? Siempre lo hacemos para enviar un mensaje, para contar algo. Si nosotros siempre estamos contando exactamente lo mismo, de la misma problemática, al final la gente que está dentro del colectivo no se va a ver identificada porque eso no es lo único que ocurre. Además, la gente que está fuera seguirá sin entender qué es lo que ocurre de verdad. Y también te encuentras que el audiovisual hecho por el colectivo se queda corto, no hablan, no cuentan, entonces ¿qué es lo que necesitamos? Pues voces que enseñen que la vida trans no es solamente que tus padres te acepten, no es solo que el resto de las personas te acepten. Hay una serie de problemáticas internas, personales, tu día a día… que solo tú sufres y que a lo mejor el resto de la gente no entiende.

Claro, problemáticas que son más profundas, más internas.

Por ponerte un ejemplo, la ropa interior especial que llevamos las mujeres trans cuando no estamos operadas, que básicamente sirve para poder ocultar todo y que no se note, para que puedas llevar un pantalón ajustado y poder vivir dignamente. Solo existe una tienda en toda España que se dedica a eso que es Translingerie. Una sola pieza te cuesta de 35 € para arriba. Esto es una problemática que tenemos y de la que no se habla, pero si logramos hacer entender al resto de la gente todas esas pequeñas cosas que componen la vida sería interesante. Y lo mismo que lo digo de una persona trans, lo digo de un hombre gay, lo digo de una mujer lesbiana, o lo sigo de una persona no binaria. Eso es lo que necesitamos, ver la realidad, el día a día, no únicamente lo que el resto de la gente ya conoce.

Para finalizar la entrevista nos gustaría que le mandases un mensaje a esas personas, y específicamente a esas mujeres, que no se adentran en el rol por esos estereotipos asociados. Porque al no tener referentes no se atreven a entrar en el mundillo. ¿Qué mensaje les lanzarías tú para que se atrevan a jugar y a disfrutarlo?

Que se animen. Realmente, una de las cosas que a mí me enganchó a los juegos de rol es la libertad que tienes de interpretar lo que quieras, de vivir una serie de situaciones que normalmente no vas a vivir. Mis personajes, en la partida, han luchado contra las corporaciones para liberar al pueblo, lo cual es muy divertido. Dentro de las partidas de rol te lo pasas genial, porque no solo es estar interpretando al personaje seriamente, sino que al final siempre es todo un cachondeo. La realidad de ese estereotipo no existe y son muchísimas las mujeres que están ahí dentro. Por ejemplo, HT Publishers creó hace nada el primer concurso de creadoras de juegos de rol y se presentaron 11 proyectos creados por mujeres.

¿Y por qué crees que no se les da tanta publicidad como a los hombres?

Como en todo. Tenemos una sociedad que siempre va a estar viendo la parte masculina, una sociedad en la que hasta J.K. Rowling –aunque no me caiga muy bien por obvias razones– tuvo que escribir sus iniciales porque era más probable que los adolescentes leyeran algo que creyeran que era de un hombre. Cuando la gente ve unas iniciales ni siquiera piensa que puedas ser una mujer. Por tanto, si estamos en una sociedad que ya de por sí es así, obviamente va a ser complicado. Precisamente por eso no hay tantos referentes femeninos en el cine, en el rol o incluso en política. ¿Poquito a poco va habiendo? Sí, pero es un proceso lento y no es por falta de talento o creatividad, simplemente es que por tener nombre de mujer te va a costar más.