Reaccionarismo 3.0

Feminazi es el insulto de moda en internet dirigido contra las mujeres pertenecientes al colectivo feminista y a cualquier mujer que se atreva a reivindicar los derechos de las primeras. Una ofensa que forma parte natural de nuestro argot y que ha sido validada hasta por la RAE. Sí, la Real Academia Española, esa a la que le entran convulsiones si hablamos de lenguaje inclusivo.

Sin entrar en la polémica y connotaciones peyorativas de la comparación que hace de un colectivo que lucha por sus derechos con uno de los mayores genocidios que se presenció en el siglo XX, en el cual sufrieron muchas personas y que actualmente sigue teniendo mucha repercusión en la memoria colectiva del mundo.

Feminazi llegó para quedarse. 
#RAEconsultas la palabra Feminazi.

El término fue acuñado por Rush Limbaugh, un locutor de radio, comentarista y escritor estadounidense que era, como no, conservador. Específicamente en su libro “The Way Things Ought to Be” (‎ Pocket Books, 1992) describió feminazi como: “una mujer que tiene como misión de vida asegurarse de que se realicen tantos abortos como sea posible”. A partir de entonces se popularizó y empezó a utilizarse contra cualquier mujer que lucha en pro de sus derechos y la igualdad en nuestra sociedad. En las redes sociales su uso es muy común… pero, más allá de ello ¿por qué tres siglos después el feminismo sigue suponiendo un debate? 

La realidad es que ningún ser humano se encuentra deconstruido. 

Ni siquiera nosotras, las feministas, somos ajenas a tener comportamientos reprochables que vienen decantados por nuestra crianza y socialización. Esto conlleva a que constantemente cuestionemos nuestros pensamientos, actitudes o acciones y cómo las mismas pueden estar afectando a terceros, evaluando las distintas realidades y la forma de mejorar para ser un ser más respetuoso e inclusivo. 

En la era de la desinformación, donde “todo es ofensivo”, la generación de cristal y la cantidad ingente de bulos que circulan, no solo en las redes sino también en los medios tradicionales, ha conllevado un incremento de la represión hacia el colectivo a través de silenciar, oprimir y criminalizar el movimiento feminista. Muchas mujeres se han visto vilipendiadas cuando han ejercido sus derechos a decir o exponer casos y se han visto sometidas a un escarnio público. Toda una caza de brujas 3.0… 

En esta sociedad del siglo XXI, las redes sociales son importantes y fundamentales en nuestra vida diaria. Las utilizamos para todo, ya que nos permiten obtener información inmediata y a su vez satisfacer esa necesidad de compartir nuestra opinión con el mundo. El constante bombardeo de noticias, con distintos posicionamientos, hace difícil un análisis en profundidad de lo que estamos presenciando, lo que nos dificulta formar un criterio propio. Además, el anonimato que ofrecen las redes facilita que cualquiera pueda ser víctima del hate, y es lo que diariamente enfrentan muchos personajes públicos feministas y diversos medios que apoyan el feminismo.

A pesar de que ha habido muchísimas mejoras, a día de hoy sigue existiendo una resistencia al cambio. El discurso de “las feminazis” y ser “inclusiva” ha calado hondo de forma que nadie quiere ser identificado con él. Más que una resistencia, ha pasado a convertirse en un ataque constante donde el Estado español ha intensificado la represión de las protestas para defender los derechos de las mujeres en España, con diversas acciones como: el uso indiscriminado y abusivo de la “Ley Mordaza”; identificaciones constantes, multas y apertura de largos procesos judiciales; o el aumento de los ataques y el acoso en redes sociales. Hechos que señala el mismo informe de Calala Fondo de Mujeres, se ven reforzados con la aparición de partidos de extrema derecha que legitiman la criminalización y persecución de mujeres feministas.

Feminazi
Las marchas y protestas cada vez son más reprimidas según el informe de Calala.

Estas acciones calan en la población, quienes van identificando “el mal” que aqueja a la sociedad y hace que se demonice a las personas que luchan en pro de los derechos de las mujeres y por una sociedad más justa. De manera análoga, lo que realmente preocupa es la violencia o agresividad con la que se ejercen porque se perpetran bajo el amparo del anonimato, las mujeres que alzan su voz en las redes sociales sufren violencias como el doxing, sextorsión, ciberbullying, hate y trolls, sex-casting, zoombombing, seanioling, ro(bots), bodyshaming y el stalking. 

Esto fácilmente es trasladable al mundo de los videojuegos. En uno de mis artículos anteriores mencioné cómo las mujeres sufren represiones y violencia de distintas formas, lo que conlleva a que escondan su género al jugar online, utilicen dispositivos de distorsión de voz y, en los casos más graves, que muchas de ellas dejen de jugar debido al ambiente hostil presente. 

Un mundo donde la imagen mental de una persona gamer es un hombre adolescente, en su mayoría de etnia blanca y cishetero, nos transmite que aún hay un largo camino por recorrer. Ciertamente, hemos visto con los años un ligero cambio en el panorama, pero debido a una razón: el marketing. Me explico: los cambios llegan cuando la sociedad cambia y se ve reflejado en nuestros productos culturales. Si las personas cambiamos nuestros comportamientos, esto hará que las compañías se enfoquen en eso. Es lo que pasaba cuando empezaron a jugarse videojuegos online donde en los chats había una larga ristra de racismo, misoginia, machismo y discriminación. Las múltiples quejas de los usuarios supuso la creación de las reglas de moderación que conocemos hoy en día en muchos de los juegos y en las redes sociales.

Pero no te equivoques, el marketing les funciona a las empresas porque, mientras más inclusión exista en su comunidad, mayores serán sus ventas por ende sus beneficios. Cuando ya no les interese o convenga, las reglas por supuesto cambiarán.

¿Y por qué afirmo tanto que es marketing? Hemos visto en estos dos últimos años empresas como Ubisoft, Riot Games o Activision Blizzard con unas políticas y prácticas laborales lamentables y deplorables, donde impera el machismo, la misoginia, el racismo y hasta un suicidio. Hechos que ocurren en sus instalaciones mientras dentro de sus juegos se encargan de banear a personas con comportamientos similares. Bastante irónico e hipócrita, ¿no? 

Como sociedad lo importante es avanzar, educarnos y ser personas más críticas con lo que consumimos. Es difícil, pero no imposible. Cuando somos menos tolerantes a conductas arcaicas y actuamos en consecuencia, logramos que cada vez haya menos personas que reproduzcan dichos comportamientos. 

Es indudable afirmar que, en los tiempos que corren, ser y decir que eres feminista y luchar por una sociedad más justa es un acto de valentía, casi de proeza. 

¡Seguimos en la resistencia! 

Referencias

Calala Fondo de Mujeres. (2021, septiembre). Informe 2010 – 2021 REPRESIÓN AL MOVIMIENTO FEMINISTA EN EL ESTADO ESPAÑOL. https://calala.org/wp-content/uploads/2021/09/Calala-Novact-Represion-Movimiento-Feminista-Espanya.pdf

Analizamos la represión al movimiento feminista en España entre 2010 y 2021. (2021, 29 septiembre). Calala Fondo de Mujeres. https://calala.org/represion-mov-feminista-espana-2021/

¿Cuál es el origen de la palabra “feminazi” y cómo se usa para desprestigiar al movimiento feminista? (2021, 17 febrero). VIBEtv. https://www.vibetv.mx/moda/20210217/origen-feminazi-termino-movimiento-feminista-rush-limbaugh/

La RAE define la palabra «feminazi» y las redes arden en polémica. (2018). RT. https://actualidad.rt.com/actualidad/286399-rae-definir-palabra-feminazi-polemica

Masculinidades: el rol del hombre en videojuegos. (2021). PRESSOVER. https://pressover.news/articulos/masculinidades-el-rol-del-hombre-en-videojuegos/