¿A qué juegan las chicas?

¿A qué juegan las chicas? Es una pregunta que se sigue haciendo la industria porque en este mundo binario en el que coexistimos, seguimos creyendo y educando en que hay “cosas de niños” y “cosas de niñas”. Y en esas “cosas de niños” se engloban lo más importante o lo “guay”, como los videojuegos. Un sector donde las mujeres aún tienen que superar muchas barreras y en el que, sobre todo, se las ve como intrusas.

Como comenté en mi primer artículo de elitismo y carnet gamer, las chicas debemos aprobar una serie de pruebas que demuestren que realmente somos gamers. En ese mismo post, mencioné la cantidad incansable de videojuegos “femeninos” que existen, desde maquillaje, historias de amor o cocinar hasta cuidar animales o personas, entre muchos otros. Basados en estereotipos que siguen reforzando los roles del mundo real en el entorno virtual. 

Todo el mundo ha sido testigo de que cuando las compañías han querido dirigirse específicamente a las mujeres obtenemos como resultado la rosificación: las consolas, los cascos… todo se vuelve rosa y cuqui, convirtiéndolo básicamente en un complemento de moda. En ese sentido, casi todas las consolas en estos últimos años tienen una versión rosa, sobre todo aquellas que son portátiles. Mientras que con los hombres ocurre todo lo contrario, poseen un amplio abanico de colores y juegos, que, como no, son los importantes y con mayor relevancia en el sector, aquellos que son competitivos, violentos, donde se refuerza constantemente ideales de hombres fuertes y poderosos. 

Rosificación de los consolas, mandos, cascos, etc.

Entonces la pregunta ¿a qué juegan las chicas? ¿Cómo se responde? 

De acuerdo al estudio de New Zoo en 2018 más de mil millones de mujeres juegan o disfrutan con los videojuegos. En España, según AEVI en su estudio “Las mujeres juegan, consumen, participan” del año 2020, se destaca que las mujeres contribuyeron grandemente al éxito de la industria en plena pandemia. Esto logró posicionar a España en los cinco principales mercados europeos por detrás de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Con un total de 118 millones de videojugadores entre estos cinco países, las mujeres representaban casi la mitad con un 47% frente al 53% de los hombres. 

Es imposible para mí creer que todas estas chicas estuvieron jugando solo al Animal Crossing, Mario Kart o al Candy Crush. ¡Que no se malinterprete! No veo nada de malo en jugar a estos juegos, sino que todas las mujeres somos distintas. Somos seres con gustos diversos, que no se pueden encajar solo en un prototipo. 

El estudio de las mujeres juegan, consumen y participan nos demuestra que el 47% de ellas consumen videojuegos.

Es bastante chocante que la gente asuma que por ser mujer te tienen que gustar cierto tipo de videojuegos. Y si te gustan esos juegos los comentarios que tienes que aguantar van desde el típico “es un juego de tía” hasta “eso no es un videojuego de verdad”. Es agotador tener que defender tu videojuego constantemente y sentirte mal muchas veces porque no te gusten los juegos que sí molan al resto. Es cansino que cuando hables de él seas ridiculizada y menospreciada porque no es un verdadero juego. Estos prejuicios tienen como consecuencia que las mujeres ocultan que son jugadoras.

Incluso, cuando juegas a un juego en el móvil considerado para chicas, el algoritmo inmediatamente te sugiere más juego como esos y en los anuncios no paran de hacer apología de las mismas temáticas constantemente: juegos de granjas, historias de amor, maquillaje, volvemos a lo mismo de siempre. Como si las mujeres no pudieran jugar otra cosa.

Reach3 Insights y Lenovo presentaron este año un estudio donde analizaron la experiencia de las mujeres jugadoras en la industria gaming y cómo las empresas pueden crear un espacio más inclusivo para las gamers. Sin embargo, lo que nos compete ahora mismo es responder a la pregunta ¿a qué jugamos las mujeres? La respuesta de las encuestadas fue: a los mismos juegos que juegan los hombres. El 88% juegan a videojuegos de competición, el 75% a juegos de acción/supervivencia y el 66% a shooters. 

¿Entonces por qué existe toda esta segregación y feminización para atraer al público femenino a este sector? En una industria donde solo el 18,5% de ellas trabajan, vemos que sigue imperando una visión masculina de lo que juegan y que es lo que más atrae y vende para los distintos targets. 

La respuesta a la pregunta de a qué juegan las chicas es simple: las chicas juegan a lo que quieran. Para poder jugar a un juego solo necesitas eso: jugarlo. Los videojuegos de cocina o cuidados, no son solo para chicas, todos los juegos son igual de válidos y no deberíamos sentirnos avergonzadas por querer jugar a juegos de maquillaje o shooters, basta ya de poner etiquetas. 

Todas somos igual de gamers jugando a Pou o al Fornite.