A Laura del Pino Díaz la conocimos gracias a la sección de videojuegos del Tenerife Noir del año 2021, coordinada por Sara López, en la que, durante una hora, nos narró su trabajo en Rising Pixel, una consultora con sede en Gran Canaria y que ofrece servicios multimedia que van desde el videojuego a la resolución de problemáticas relacionadas con la TI. Su perfil multidisciplinar, su recorrido profesional y su participación social en torno a los videojuegos nos llevó a contactarla para una entrevista en esta sección.

¿Quién es Laura del Pino? ¿Cuál ha sido su desarrollo como profesional?

¿Quién es Laura del Pino? Es una pregunta complicada porque considero que todo el mundo está en un crecimiento y un aprendizaje continuo, pero creo que la mejor manera de definirme sería la de una mente inquieta que transforma el café en código y que intenta poner su granito de arena a la sociedad. Si quieres verme desde un prisma únicamente profesional, soy una Ingeniera Informática que lo da todo en el día a día por sus compañeros de profesión.

 ¿Qué te llevó a estudiar ingeniería informática? ¿Y a seguir especializándote en Ciencia de Datos y Tecnología del Lenguaje?

Desde muy pequeñita me habían llamado la atención los videojuegos. Durante mi infancia quería ser artista y dar vida a esas historias que están detrás de los videojuegos, pero conocí a una excelente profesora de matemáticas que me abrió todo un mundo nuevo de posibilidades en las ramas técnicas del conocimiento y terminé haciendo Informática por la parte de Inteligencia Artificial, en un afán de que los personajes de los videojuegos fuesen lo más entretenidos posible. Al poco de terminar la carrera comencé a participar en gamejams, unos eventos donde se hace un videojuego en un fin de semana, y comencé la andadura por este sector. Ambos másteres, tanto el de Ciencia de Datos como el de Tecnologías del Lenguaje, los hice por mera curiosidad, pero terminaron por darme muchas herramientas que tienen su aplicación dentro del sector del videojuego.

Como sabemos, las profesiones relacionadas con las STEM están fuertemente masculinizadas. ¿Cómo fue tu proceso educativo? ¿Encontraste un ambiente que reconociera las aportaciones de las mujeres en la tecnología?

Durante los años que hice informática, los disfruté muchísimo. Mis compañeros tenían un buen ambiente y no percibía esa discriminación entre mis iguales, pero he de reconocer que hubo algún que otro caso aislado entre el profesorado al que mandaría a cocinar y a lavar los platos. Pero no tuvo más remedio que aceptar mi valía, como la de mis compañeros varones. También tuve mucho apoyo por parte de la dirección de la Escuela Informática, sobre todo cuando intenté participar en una beca de Google para Mujeres Estudiantes que me proporcionaron todos los recursos a su disposición, aunque después no tuviera suerte.

Llevas 5 años trabajando para Rising Pixel, ejerciendo los últimos 3 como Project Manager. ¿Qué implica este puesto dentro de la empresa? ¿Cuáles son las funciones de una Project Manager?

Los “Project Manager” o los “Gestores de Proyectos”, en español, somos los grandes desconocidos de la industria del videojuego, sobre todo para aquellos que inician su andadura en el sector. Nos encargamos de definir el proyecto, de subdividirlo en tareas, asignarles a cada tarea una cantidad de tiempo y de procurar que la documentación y los recursos estén accesibles al resto de compañeros con el fin de llevar el producto y el equipo a buen puerto en tiempo y forma. Muchos nos tienen como la sombra oscura que viene con el látigo a castigarlos, pero no me considero así, estoy en comunicación continua con los compañeros para tratar de anticiparnos a los problemas y con la empresa para que no pierda dinero. Es una posición un tanto delicada y no siempre agradecida.

¿Cuáles han sido los proyectos que más has disfrutado en estos cinco años?

Me encantaría hablar de muchos de ellos, pero al ser una empresa que creamos videojuegos para otras empresas, ya sea para ayudarla en su promoción o para que forme a sus empleados de una forma innovadora, la gran mayoría de nuestros proyectos están bajo contrato de confidencialidad. Del que sí te puedo hablar es el único juego de propiedad intelectual que tenemos “Space Wave Race” un videojuego accesible para personas con distintas diversidades funcionales como ceguera, dislexia, sordera, entre otras.

Si no me equivoco, eres una aficionada del cómic, lo que te ha llevado a dar talleres e incluso a recibir un premio expedido por el Ayuntamiento de Gáldar en el año 2009. ¿Ha tenido algún calado tu relación con el tebeo en tus propuestas profesionales?

La verdad es que eres de las pocas personas que ha descubierto este “easter egg” en mi currículum. Desde pequeña me ha gustado dibujar y no he abandonado esta costumbre. Es una habilidad que me ha sido útil para comunicarme con los clientes, pero no es la que me da de comer, aunque a la Laura de los 10 años le hubiese gustado que así fuera.

Desde el año 2017, y después de un tiempo organizando la Ludum Dare, pasas a formar parte de la Junta Directiva de ACADEVI (Asociación Canaria de Desarrolladores de Videojuegos), primero como Vicepresidenta y actualmente como Presidenta. Es más, Nira Santana, en nuestra entrega del mes de noviembre del año pasado, reconocía la enorme labor que haces dentro de la asociación. ¿Qué te llevó a tomar un papel directivo dentro de la organización?

Intento devolver a la sociedad parte del esfuerzo que ha puesto ella en mí y pienso en mi labor dentro de ACADEVI como parte de este pago de vuelta. Dentro de la Asociación estoy trabajando, junto con el resto de mis compañeros, para que la industria del videojuego crezca en las islas, dando apoyo a entidades públicas, proponiendo actividades como las gamejam para crear nuevo talento y aunque me gustaría hacer más sólo tengo dos manos.

Una de las actividades que realiza ACADEVI son las Game Jams, que sirven como punto de encuentro para una multitud de profesionales que se dedican a los videojuegos de manera más o menos profesional. La última propuesta a la hora de escribir estas líneas, la Global Game Jam, se ejecutó entre el 29 y el 31 de enero bajo el lema Innovación, Experimentación y Colaboración. ¿Qué significan para ti estos espacios de encuentro?

Las gamejams son un espacio del buen rollismo, donde programadores, artistas y músicos vienen a experimentar y a crear un videojuego de la nada. Cada vez que pongo en marcha una nueva edición intento volver a crear esa sintonía que espero sea el germen de una nueva carrera dentro del sector o de un nuevo estudio de videojuegos.

¿Qué oportunidades le ves al desarrollo de videojuegos en nuestras islas dentro del contexto sociopolítico en el que nos encontramos? ¿Qué reclamarías a la Administración Pública en lo que queda de mandato político?

El sector del videojuego como parte del sector tecnológico podría ser uno de los sectores que favoreciese a la economía de las islas. Soy de esas personas que piensa que no se puede vivir solo del turismo y que estamos perdiendo una oportunidad al no sacarle partido al cable submarino de Internet que pasa por el archipiélago. No voy a negar que aún es una industria muy joven y que existen pocas empresas en las islas, pero si como sociedad pusiéramos un poco de esfuerzo en crear cultura de apoyo a las startups, de networking y de apostar por lo innovador podríamos crear muchos estudios de videojuegos que necesitan de financiación para sacar su primer título y darle promoción o que se dedican a los videojuegos útiles, entiéndase los videojuegos útiles o serios como videojuegos para otras empresas, pero que se encuentran con una cultura que no apuesta por la innovación ni la incorporación de las nuevas tecnologías a su negocio, perdiendo así la oportunidad de crecer y mejorar.

Muchas de las compañeras con las que nos relacionamos en nuestro día a día muestran su malestar al ver cómo solo se las contacta para ofrecerles oportunidades laborales en fechas determinadas (generalmente en torno al 8M y al 25N). ¿Te has encontrado con esta problemática? ¿Cómo ha afectado ser mujer a tu experiencia relacionada con las STEM y el sector de los videojuegos? ¿Crees que el sector sigue lanzando mensajes de que los videojuegos no son un espacio para las mujeres?

No te voy a negar que mantengo estadísticas que apuntan a que sí, que se nos utilizan como bandera los días clave y el resto del año no existimos. Aunque me considero afortunada porque vivo en un entorno donde no existe esta discriminación, pero no puedo obviar que las primeras gamejam donde participé eran todo hombres, yo y la novia del organizador. Tanto aquí como en Granada, donde estudié el máster que tengo contacto con la comunidad gamedev de allí. Es una situación un tanto preocupante por dos motivos: porque se pone en evidencia que no tenemos referentes “al alcance de la mano” que nos hagan ver que es posible alcanzar nuestros sueños y porque pone de manifiesto que hay algo en nuestra sociedad que hace que no nos valoremos de la misma manera siendo mujer que hombre y que ante este tipo de panoramas no tengamos el valor de sentarnos de igual a igual y decir “yo también quiero hacer videojuegos salga el sol por donde salga”.

Cuando analizamos el acceso a las carreras tecnológicas, solamente un 12% de las chicas opta por este tipo de futuros laborales. ¿Qué consideras que seguimos haciendo mal en el sistema educativo? ¿Qué cambios estimas que hay que realizar en la estructura que las aleja de uno de los sectores mejor pagados en la actualidad?

Yo tengo una visión particular de la sociedad, y no puedo entender al individuo sin la sociedad que lo rodea ni a la sociedad sin los individuos que la componen. Todo esto viene de una parte de la Inteligencia Artificial que tiene el apellido “bioinspirada”, es decir, las matemáticas que intentan modelar comportamientos del mundo animal, y entre otras cosas, el comportamiento de los seres humanos.

Durante la pandemia fue sonoro el caso de la inteligencia artificial a la que habían “adiestrado” con todo tipo de ejemplares de literatura del mundo occidental y se había tornado una inteligencia artificial racista. Esto no hubiera pasado si se hubiera seleccionado con un poco más ojo crítico los textos literarios que se le proporcionaban a esta inteligencia artificial. De este ejemplo quiero que se entienda que la literatura occidental es equiparable a cada una de los instantes, de las experiencias de la vida de una persona y que en su conjunto la definen. Si fuésemos capaces de hacer que todos y cada uno de los minutos de una persona fueran momentos “cursis” (por poner un ejemplo como si estuviéramos en una especie de Show de Truman) tendríamos una persona cursi.

Mi pensamiento va un poco en esta línea: la sociedad arrastra consigo una larga historia machista que hay que corregir. Pero este defecto no es algo que se corrija celebrando la importancia de la mujer dos veces al año, ni existe una fórmula mágica que haga que hoy seamos machistas y mañana llevemos por lema “igualdad de género”, es un defecto social que hay que ir trabajando día a día, entre todos. Ejemplo de tareas cotidianas que podemos hacer: poner en valor las películas protagonizadas por ellas, reconocer el trabajo de ellas, crear eventos donde los ponentes sean hombres y mujeres en igual número, etc. Con el esfuerzo diario de todos conseguiremos una sociedad que lleve la igualdad de género por bandera y de esta forma las chicas no sientan esa imposición social de estudiar otras ramas del conocimiento, perdiéndose de esta forma todas las oportunidades que el sector tecnológico ofrece.

Para cerrar la entrevista, nos gustaría que lanzaras un mensaje a todas esas niñas y jóvenes que se plantean una carrera en el sector, pero que por falta de referentes o por miedo aún siguen en la duda. ¿Qué les dirías? 

Me gustaría decirles que se conviertan en el cambio que quieren ver en el mundo. Si tienen dudas sobre si coger una carrera de ciencias o seguir lo que la sociedad les impone, sólo hay una solución: coger las dudas y tirarlas a la basura. Dejad espacio para que el talento que tienen dentro crezca y se potencie. A la sociedad actual no le vienen nada mal unas cuantas mujeres listas que tengan claro lo que quieren y lo persigan ciegamente.